sábado, 28 de enero de 2017

Cuatro perras

Desde hace poco tiempo, el metro de Madrid permite la entrada de perros (con sus dueños, claro). Y es que cada vez más los que tienen perro piden y luchan por el acceso de estos animales a todo tipo de lugares. Pero al mismo tiempo, cada vez son más las personas que protestan por el poco cuidado que algunos dueños de perros tienen con los espacios comunes. Unos y otros tienen razón, y por eso en las calles encontramos de todo.
   
Encontramos, por ejemplo, carteles que prohíben la entrada de perros en algunos lugares, como el de esta tienda de juguetes:


no se admiten perros
Calle Bravo Murillo

Está muy claro: ningún perro. Supongo que antes tenían otro cartel que decía que no se admitían perros, pero algunos dueños de perros muy pequeños insistían en entrar con ellos. Así que especificaron: de ningún tamaño.

Otros carteles, aunque indican lo mismo, son más amables, como por ejemplo el de este supermercado:



yo me espero aquí
Calle Santa Engracia

La frase me espero parece un poco rara, ¿verdad? ¿Me espero a mí mismo? ¿El perro se espera a sí mismo o espera a su dueño? El perro espera a su dueño, pero en la lengua informal es muy común usar el verbo esperar en forma reflexiva (aunque no tenga un significado reflexivo):

Me ha gustado mucho la peli, pero no me esperaba un final tan triste. 
¡Espérate un momento, que voy contigo!


Encontramos también carteles en lugares públicos que admiten la entrada de perros, pero no siempre admiten a todos:


perros sí
Calle Pelayo

perros buenos bienvenidos
Plaza de la Paja

En el café de la última foto solo admiten perros buenos. Los malos se quedan fuera. Y en este otro café, el perro ladra (¡guau, guau, guau!) porque se pone muy contento cuando lee el cartel, jejeje:

perros pueden pasar
Calle Gravina

Es más raro encontrar carteles como estos en tiendas donde se venda comida o en farmacias. Sin embargo, en esta farmacia lo ponen bien claro, y además con un gran cartel:


bienvenidos perros y gatos
Calle Alemania (Málaga)

¡Menos mal, por fin alguien que se acuerda de los pobres gatos!

En fin, como veis las cosas no están muy claras y las opiniones están divididas. Más todavía porque, como decía al principio, hay dueños de perros muy maleducados. Esto se puede apreciar perfectamente en carteles como estos:


perros
Calle Ruiz

perros
Calle Embajadores
Los dos carteles, aunque son muy diferentes en el estilo (el primero más formal, el segundo más informal) se refieren al mismo problema: en el primero, usan la expresión hacer mis/tus/sus necesidades para evitar las palabras más directas (y feas) mear y cagar. En el segundo, solamente se quejan de que los perros hacen pis en la puerta; es una tienda y me contó la dueña, que estaba poniendo el cartel, que un señor llevaba todos los días a su perro a la puerta y lo ponía ahí a hacer pis. En fin, este es un problema común a muchas ciudades del que ya te hablé en la entrada Ya está bien, donde podrás encontrar otros carteles sobre el tema de diferentes partes de España.

Y ya que hablamos de perros, no me resisto a enseñarte dos expresiones más que contienen la palabra perro. Ya hemos visto en entradas anteriores (Una vida perra y Me gustan los perros) expresiones relacionadas con estos animales, pero, como las personas y los perros comparten mucha historia y mucho espacio, hay muchísimas.

Hay un bar del pueblo de Majadahonda (en la Comunidad de Madrid) que se llama así:


más raro que un perro verde
Majadahonda (Madrid)

Cuando algo es muy poco habitual, extraño, podemos decir que es más raro que un perro verde. Y es que perros verdes no hay muchos, yo hasta ahora no he visto ninguno.

Y una última expresión para terminar la entrada:


cuatro perras
Calle de la Palma

La tienda se llama 4 perras, lo que significa 'poco dinero': decimos, por ejemplo, me ha costado cuatro perras o lo he comprado por cuatro perras si algo era muy barato.

Pero en realidad, esta palabra no tiene relación con los animales, sino con el nombre de una antigua moneda (la perra, chica -pequeña- o gorda -grande) que tenía poco valor.

Como ya hemos hablado en varias entradas de expresiones que tienen que ver con los perros y otros animales, ¿qué te parece si las recuerdas haciendo este ejercicio?





Y tú ¿estás a favor de que las mascotas entren en todas partes o no? ¿La situación en tu país es parecida?

¡Hasta pronto!

domingo, 22 de enero de 2017

¿Por qué no?

Durante los cuatro años que llevo escribiendo en este blog, he usado muchísimas veces pintadas y grafitis que nos servían de ejemplo para lo que te quería contar o explicar. Así que, claro, tengo mucho que agradecerles a los que escriben en los muros de las calles. Pero entiendo que no a todo el mundo le guste que le pinten en la entrada de su casa o de su tienda. Aunque en algunos casos puede ser más divertido eso que una pared vacía.         

Hay una persona en Madrid que ha decidido luchar contra las pintadas; lo que pasa es que lo hace también pintando en las paredes. He visto sus pintadas en dos barrios diferentes, Lavapiés y Malasaña. Vamos con sus pintadas:

por qué no
Calle de la Cabeza
Esta persona habla directamente con un grafitero, porque usa la forma . No sé si es un grafitero concreto, o simplemente se dirige así a todas las personas que escriben en la calle. Parece que realmente no está en contra de todo lo que se pinta, solo de las cosas feas. Y es verdad que hay muchos grafitis y pintadas que solamente afean ('ponen feo'), no añaden nada al paisaje urbano. Este ¿por qué no? que usa puede interpretarse de dos formas: puede ser una pregunta real (o sea, algo como 'por qué siempre haces cosas feas') o puede ser una sugerencia ('podrías hacer algo bonito').

Otras pintadas suyas que he encontrado van en contra de cualquier pintada:


contra los grafitis
Calle Embajadores
Aquí tenemos la pregunta y la respuesta: la primera persona protesta por la pintada sugiriendo que no pinte en esa pared, y con las palabras donde yo te diga ('en el lugar donde yo te diga, que no te he dicho todavía') sugiere un lugar muy feo (como, por ejemplo, 'pinta en tu culo' o algo así); la segunda persona que escribió contesta: pinta en esa pared porque es la más limpia. Así que una pared bien limpia es el paraíso de un grafitero.

En esta otra pintada ya hace más explícito el lugar donde le gustaría que pintaran los grafiteros:


por qué no
Calle Embajadores

Sugiere que, en lugar de pintar las paredes de otras personas, pinte las paredes de tu casa. Pero a pocos metros de esta pintada, había otra mucho más explícita:


por qué no
Calle Embajadores

Hay que reconocer que quien hace estas pintadas no es una persona sexista, porque pone dos opciones: el grafitero podría pintarse los cojones ('testículos') si es hombre y los ovarios si es mujer ('órgano sexual femenino que contiene los óvulos'). Esto, más que una sugerencia, parece ya una orden: ¡Píntate los cojones / ovarios en lugar de pintar en esta pared!

Como has visto, las preguntas con ¿por qué no...?, dependiendo del tono y del contexto, pueden entenderse de formas diferentes. Estas son las funciones principales de este tipo de preguntas:


por qué no


Y he encontrado también esta otra pintada, que por el tipo de letra me parece la misma persona:


para qué coño
Calle Fuencarral

Parece que con la palabra eso se refiere al mural pintado en la pared, y se pregunta para qué sirve. Pero con la palabra coño (otro taco de uso muy frecuente en España) indica que le parece que no sirve para nada.

Coño se usa mucho en preguntas para aumentar la negatividad de una pregunta o una exclamación, directa o indirecta:

¿Dónde coño habré aparcado el coche? ('soy incapaz de acordarme y encontrarlo')
¿Por qué coño no me llama? ('estoy esperando una llamada urgente y no entiendo por qué no llaman')
¿Pero qué coño estás haciendo? ('no tengo ni idea de lo que está haciendo, o no debería estar haciendo eso')

Con el mismo sentido, podemos usar palabras más suaves, que no son tacos, como narices o demonios:

No sé dónde narices he dejado el coche.
¿Por qué demonios no me habrá llamado?
No entiendo qué narices estás haciendo ahora.

¿Y tú qué crees? ¿Pintar en las paredes tiene alguna utilidad, sirve para algo? ¿Has pintado alguna vez en una pared? Yo no, aunque a veces debería pintar para después poder usar los ejemplos que quiera en el blog, jejeje. ¡Hasta pronto!




domingo, 15 de enero de 2017

El rollo de siempre



La expresión que he usado en el título se puede aplicar a muchísimas cosas. Un rollo es cualquier objeto de material flexible que toma una forma cilíndrica: podemos hacer rollos de papel o de tela, por ejemplo. Pero en la lengua informal, la palabra rollo suele significar 'actividad aburrida'. Y solemos tener en nuestras vidas, desgraciadamente, bastantes ejemplos de actividades que nos aburren pero que tenemos que hacer con frecuencia. 

Lo curioso es que la primera imagen de hoy, cuando usa esta palabra, no nos habla de una actividad a la que estamos obligados:


ocio nocturno
Calle Fuencarral




Salir, si no especificamos más, significa 'hacer actividades de ocio fuera de casa, normalmente con amigos'. Por ejemplo:

Los sábados por la noche no me gusta salir. Hay demasiada gente en todas partes.
El próximo sábado voy a salir con una amiga del trabajo.

Beber, si no se dice nada más, suele significa 'tomar alcohol'. Y es verdad, como nos dice la imagen, que salir y beber son las actividades habituales de mucha gente en España, especialmente los jóvenes, y sobre todo durante las noches de los fines de semana. 

Así que el tiempo de ocio, de divertirse, se convierte en una rutina de salir y beber, se convierte en el rollo de siempre. ¡Qué poca imaginación, con la cantidad de cosas que se pueden hacer en el tiempo libre!

En algunas zonas de Madrid, como por ejemplo el barrio de Malasaña, este ocio nocturno ('de noche') es un problema para los vecinos, porque al entrar y salir de los bares, o cuando salen a fumar, algunas personas hacen ruido. Por eso, es bastante frecuente ver carteles como estos en la puerta de los bares:


respeta a los vecinos


diviértete sin molestar



Pero peor que el ruido producido por los bares es muchas veces la costumbre, instalada en España desde hace ya bastantes años, de beber (y gritar, y otras muchas cosas) en la calle. 

Los fines de semana, por la noche, es muy habitual ver grupos de jóvenes con bolsas de botellas que van a algún parque, a alguna plaza o calle para hacer botellón (que no es lo mismo que botella ni que botellín, como vimos en Al que no le gusta el vino). O sea, para beber juntos al aire libre. Muchos jóvenes dicen que los bares son muy caros y que, por lo que pagan por una copa en un bar, se pueden tomar cinco copas en el botellón. Lo que me pregunto es para qué quieren tomarse cinco copas y terminar borrachos todos los fines de semana.


botellón
Plaza de San Ildefonso



   
Generalmente, las bebidas para hacer el botellón se compran en supermercados o en pequeñas tiendas de alimentación, pero en Madrid, además, es frecuente ver, a altas horas de la noche y en lugares donde hay muchos jóvenes, gente que vende alcohol en la calle. Por eso, el cartel de este bar habla de la venta ambulante (son vendedores ambulantes los que venden sus productos en la calle y van de un lugar a otro vendiéndolos). Para los locales de ocio nocturno, tanto el botellón como la venta ambulante son un perjuicio económico; eso explica el cartel de la foto de arriba, que estaba en la puerta de un bar.

¡Ojalá tú tengas modos variados de divertirte que no sean "el rollo de siempre", que no consistan en beber y beber hasta caer! ¡Hasta pronto!







domingo, 8 de enero de 2017

Granjero busca campero

granjero busca campero
Calle Barbieri

La verdad es que la primera vez que vi el nombre de este local lo entendí mal. Granjero es un hombre que trabaja en una granja (una casa de campo con animales como gallinas, pollos, conejos, vacas, etc.). Y campero puede ser un hombre al que le gusta mucho el campo. Por eso, como esta calle está en el barrio de Chueca, la zona más gay de Madrid, pensé que el nombre del local tenía una referencia homosexual ('hombre busca hombre'). Pero resulta que no, que el campero es un bocadillo muy típico en Málaga, hecho con un pan aplastado y tostado:




¿Y el granjero? Pues, según cuentan los dueños del local, este nombre se lo sugirió una serie de televisión, Granjero busca esposa. Encontraron ahí algo conocido y popular, y la posibilidad de una rima original para su negocio.

Así que este local, en realidad, no tiene nada que ver con granjeros, excepto que, claro, algunos de los productos que usan para hacer sus bocadillos pueden venir de granjas.

Pero la palabra granja existe también con otro sentido: antiguamente, las granjas eran establecimientos donde se vendían productos lácteos frescos, o sea, lecherías. Este tipo de tiendas existía en muchas zonas de España y todavía podemos ver alguna fachada que conserva el nombre, como esta tan bonita del barrio de Malasaña, que ahora es una tienda de productos de alimentación ecológicos:


granja
Calle Dos de Mayo


Como digo, en Madrid no hay ya granjas de este tipo, solamente algún rótulo o alguna fachada, pero en Cataluña la evolución de estas granjas fue diferente. Primero, de sitios para vender leche se convirtieron en lugares para desayunar, tomar café, helados, chocolate, horchata, etc. Más tarde, poco a poco, se han convertido en bares donde se puede tomar de todo, incluidas bebidas alcohólicas. De todas formas, aunque tengan todo tipo de productos, no son los sitios típicos donde vamos a tomar unos vinos con unas tapas. Son más bien sitios para desayunos y meriendas.

Y en una de estas granjas, en Barcelona, estaba este cartel que me regaló una lectora del blog:


el chocolate espeso
Barcelona (foto de Chantal Poirot)

Si alguien te dice esta frase, es que quiere que seas sincero y digas las cosas tal como son, o está anunciando que va a ser muy sincero y va a hablar claramente. Esta frase significa que "las cosas", o sea, el tema del que se está hablando, deben ser claras y, en cambio, el chocolate debe ser espeso. Y es que la forma óptima de beber chocolate en España ha sido durante muchos siglos así, espeso (o sea, con mucha masa y poco líquido). Y cuando el chocolate está espeso, no tiene un color claro sino oscuro, de ahí la expresión.

Pues a ver, ¿qué opinas tú de esta entrada? Las cosas claras y el chocolate espeso, ¿eh? Que no me gustan las medias palabras, quiero sinceridad.

Este era un ejemplo, pero también podría ser una pregunta para ti. Y antes de despedirnos te recuerdo que, si vas por Málaga, te tomes un campero, y si vas por Cataluña, vayas a una granja a tomar un buen chocolate o una horchata. ¡Hasta pronto!




domingo, 1 de enero de 2017

La Doña

En los últimos tiempos, estoy observando en Madrid, pero también en otras ciudades de España, una moda de poner a muchos locales nombres con formas femeninas. Nombres de solamente dos palabras: el artículo la + un sustantivo o adjetivo.

Algunos hacen referencia a algún personaje de ficción. Por ejemplo, el nombre de esta cafetería:


la doña
Calle San Bernardo

La Doña es una telenovela basada en la novela Doña Bárbara de Rómulo Gallegos (1884-1969), un escritor venezolano. Se han hecho varias versiones, pero ninguna en España. Y es que en España no diríamos la doña, porque la palabra doña (y también don) cada vez se usa menos, excepto en los documentos administrativos o cartas formales. Y tampoco le pondríamos el artículo delante a esa palabra. Así que el nombre de esta cafetería se asocia con Latinoamérica.

Otro personaje, seguramente menos conocido, aparece en el nombre de esta agencia de selección de actores:


la lunares
Calle San Pedro Mártir

La Lunares suena a cantante folclórica, con traje andaluz de lunares (o sea, esos circulitos que aparecen en la imagen). Muchas y muchos cantantes de flamenco se ponen nombres artísticos así: la Malagueñita, la Polaca, la Chunga, el Pescaílla, etc. En este caso, como se trata de una empresa que se dedica a seleccionar actores, creo que se refiere a un personaje de la obra teatral Luces de bohemia, de Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936).

Aunque en español la norma general es no usar artículo delante de los nombres de personas, sí los usamos con los motes, apodos o sobrenombres, o sea, los nombres no verdaderos que nos ponemos nosotros mismos con algún objetivo (como los artistas del flamenco) o que nos ponen otros cariñosamente o para reírse de nosotros. Estos motes se usan, sobre todo, en los colegios y en los pueblos.

También, en el caso de las mujeres, es habitual y está aceptado usar artículo delante del apellido de mujeres famosas: la Caballé, la Callas, etc. Aunque esto cada vez se usa menos, sí que se mantiene en el caso de algunas políticas muy populares: la Espe (por Esperanza Aguirre, política madrileña), la Merkel (por Angela Merkel, política alemana); no pasa lo mismo, en cambio, con sus colegas masculinos, a ningún político se le llama por su nombre con el artículo delante. ¿Por qué es así? No lo sé. Pero la lengua es un reflejo de la sociedad, y todavía existen en la lengua muchos mecanismos de una sociedad que trata de forma diferente a hombres y a mujeres.

De todos modos, en algunas zonas, como Cataluña, está más extendido en situaciones informales el artículo delante del nombre para cualquier persona (no solamente para mujeres, y no solamente para personas famosas).

Pero, si seguimos hablando de los nombres de locales, la mayoría de las veces llevan un nombre femenino que se refiere a una mujer desconocida, un simple adjetivo con artículo delante. Algunos son adjetivos muy comunes:


la fantástica
Calle Embajadores


la contenta
Plaza de Chamberí

Otros son adjetivos menos conocidos:


la inquilina
Calle del Ave María

Inquilino/a: 'persona que vive en una casa o en parte de una casa pagando por vivir en ella'. Quizá este local no es propiedad de las personas que llevan el negocio.


la intrusa
Calle del León
Intruso/a: 'que está en un lugar donde no debería estar o no tiene derecho a estar'. Quizá quieren destacar que es una tienda diferente de las demás tiendas de la zona.


la temeraria
Calle del Ave María

Temerario/a: 'que se expone a sí mismo o expone a otras personas a peligros y riesgos innecesarios'. Seguramente este restaurante se llama así porque su dueña, una italiana, se arriesga a hacer una cocina italiana con toques creativos.

la quisquillosa
Logroño (La Rioja)

Quisquilloso/a (¡esta palabra me encanta, suena muy bonita!): 'que da importancia a pequeñeces, a cosas poco importantes'. He visto un vídeo en el que habla el dueño de este restaurante, y dice que le puso este nombre, por una parte, como homenaje a su padre, un hombre que cuidaba los más mínimos detalles, y por otra parte, para darle un nombre informal y un poco humorístico al restaurante. Y es que quisquilloso es una palabra que se usa sobre todo en situaciones informales. Lo curioso es que también ha elegido la forma femenina.

Hay otro que me ha llamado mucho la atención, porque, con ese nombre, creo que no voy a entrar nunca:




La verdad, no me puedo imaginar por qué han elegido este nombre, porque bruto/a significa 'que usa su fuerza sin control' o 'que se comporta de manera maleducada o grosera'.

Hay muchos más ejemplos de esta moda por toda la ciudad. Como ves, sirve tanto para bares y tabernas como para restaurantes, tiendas de ropa, etc. Lo que tienen todos en común es que son locales modernos pero que en su estética mezclan lo moderno con lo tradicional. 

¿Lo femenino está de moda? No sé, pero para terminar, te voy a poner fotos de un local muchísimo más antiguo (en 2015 cumplió cien años) que también tiene forma femenina, pero esta vez, un nombre de flor:


la violeta
Plaza de Canalejas

Esta tienda es famosa sobre todo por sus violetas, unos caramelos de ese mismo color que se venden también en otras ciudades de España. Pero además hacen muchas otros dulces muy ricos; aquí tienes una selección:



¿Te apetece probar? ¡En Madrid te esperan estos dulces y cientos de locales con encantadores nombres de mujer!

Aprovecho para desearte...


Calle Domenico Scarlatti