sábado, 31 de octubre de 2015

La maté porque era mía

Una antigua copla (un tipo de canción popular andaluza que habla, generalmente, de amores que producen dolor) dice lo mismo que esta pintada que encontré en el suelo, en un paso de peatones, justo enfrente de un edificio de la Universidad Carlos III:

la maté porque era mía
Leganés (Madrid)

La copla continuaba así: "La maté porque era mía, y si volviera a nacer, otra vez la mataría". Evidentemente, la canta un hombre que ha matado a su mujer o a su novia. ¿Qué hace esta frase machista y violenta pintada justo enfrente de la universidad? Creo que quiere denunciar que la mentalidad de la antigua España, profundamente machista, sigue presente actualmente. Y sobre todo, quiere denunciar que en España siguen muriendo mujeres a manos de sus novios o maridos; en los últimos años, aproximadamente una mujer muere cada semana por esta causa.

Me gusta mucho más la historia de amor entre la mozzarella y el tomate que nos cuentan en la fachada de la pizzería L'Isola Bella:

tiempos del pasado
Calle 2 de mayo

Érase una vez y colorín colorado, este cuento se ha acabado son formas habituales de empezar y terminar los cuentos infantiles. Las formas éraseencontróse  recuerdan el español antiguo, porque hace siglos era habitual que los pronombres personales (lo, se, me, te, etc.) se usaran después (o a la derecha) de los verbos conjugados. 

En las dos imágenes de hoy tenemos los tres principales tiempos del pasado en español, tal como los usamos cuando contamos historias sobre el pasado:

- Pretérito indefinido: maté, encontró, surgió. De este tiempo te hablé ya en la entrada de la semana pasada (te recomiendo leerla).

- Pretérito perfecto: ha acabado.

- Pretérito imperfecto: era, érase.


Dos de ellos nos cuentan acciones terminadas (maté, surgió, ha acabado); el otro nos cuenta las circunstancias que rodean a esas acciones (era mía, el tomate estaba caminando), cosas que empezaron antes que la acción (el hombre pensaba que la mujer era suya mucho tiempo antes de matarla; el tomate llevaba un tiempo caminando cuando se encontró con la mozzarella) y que continuaron o no después de la acción (cuando usamos el pretérito imperfecto no marcamos si la acción terminó o no, aunque por el contexto o nuestro conocimiento del mundo podemos saberlo).


Te voy a dar más ejemplos de pretérito imperfecto y pretérito indefinido (sobre el pretérito perfecto te hablé ya en otra entrada que tiene bastantes ejemplos) usando algunas fotos personales y contándote lo que estaba pasando en la imagen:


Le dolía la cabeza y por eso él le dio un masaje

Tenía hambre, así que se comió un buen plato de pescado y marisco

Cuando estaba nevando, hicieron un muñeco en la terraza

Le regaló una tarjeta a su abuelo porque era su cumpleaños
Mientras los especialistas preparaban el globo, los viajeros se hicieron una foto

Se cayó de repente, mientras estaba pintando la pancarta

Cuando llegaron a Lugo, hacía muy buen tiempo

¡Espero que las explicaciones y los ejemplos te hayan ayudado! La diferencia entre estos tiempos, para las personas que no tienen algo parecido en sus lenguas, es uno de los aspectos más difíciles del español. Si todavía no los controlas, no te desanimes: observa los contextos más repetidos y sigue intentando usarlos, cada día lo harás mejor.

¡Hasta pronto!


miércoles, 28 de octubre de 2015

Felicidades

¡Hola!

Esta semana no tengo tiempo para escribir una entrada, pero no quiero dejar de recordar que hoy ¡este blog cumple tres añitos!

Alameda de Osuna
¡Gracias por seguir ahí! Un abrazo y hasta pronto,


sábado, 24 de octubre de 2015

Aquí estuvo la loca

La ciudad de Madrid está llena de placas que nos recuerdan a personas importantes que nacieron, vivieron, trabajaron o murieron en ella, o se refieren a sucesos históricos que ocurrieron en un lugar. Estas placas son un ejemplo perfecto de cómo usamos un tiempo del pasado, el pretérito indefinido.

Algunas se refieren a acciones puntuales, que ocurrieron un día concreto, como esta de la fachada del Teatro Monumental:


tiempos del pasado
Calle Atocha

Así que una de las obras del gran compositor ruso se estrenó ('se pudo oír por primera vez') en España, quizá porque él estaba casado con una cantante de origen español.

Otros sucesos son menos agradables, como nos recuerda esta placa:


tiempos del pasado
Calle Marqués de Cubas

Aquí se produjo un atentado ('hubo una agresión contra la vida de una persona') contra el que era presidente del gobierno, el general Prim, que murió días después.


Hay madrileños que no son famosos pero quieren dejar escrito, para que todos lo vean, algo importante que pasó en sus vidas. Esta pareja, Alber y Neva, lo escribieron en un banco de piedra, muy cerca de la catedral; en ese banco fue su primer encuentro a solas, allí quedaron por primera vez:


tiempos del pasado
Calle Almudena

Otros madrileños inventan sucesos que en realidad nunca ocurrieron:


tiempos del pasado
Calle Nuestra Señora del Carmen

Pero muchas de las placas nos hablan no de cosas que pasaron en un momento determinado sino de hechos que duraron bastante tiempo. Por ejemplo, estas dos placas dedicadas a personas importantes de nuestra cultura:


tiempos del pasado
Edificio Torre España (calle Princesa)



hablar del pasado
Calle Fuencarral

Luis Buñuel, que fue amigo de Federico García Lorca y Salvador Dalí, ganó un Óscar en 1972 por una película, El discreto encanto de la burguesía, que tuvo que hacer en Francia porque la censura de Francisco Franco no le permitió hacerlo en España. Alfonso fue uno de los mejores fotógrafos de su época y de él tenemos magníficas imágenes de Madrid (también de su hijo, que fue asimismo fotógrafo).


El pretérito indefinido nos sirve para hablar de acciones puntuales, de poca duración (como en los primeros ejemplos), pero también para hablar de acciones de las que queremos expresar que acabaron en un momento del pasado. En las placas de Buñuel y Alfonso está muy claro que acabaron porque se expresa el principio y el final: Buñuel vivió en ese edificio veinte años (desde 1960 hasta 1980) y Alfonso tuvo su estudio en la calle Fuencarral desde 1910 hasta 1939.

Otras veces no se dice cuánto tiempo duró la acción, pero usando el pretérito indefinido marcamos que esa acción tuvo un principio y un final. Así entendemos esta pintada de una madrileña anónima:


tiempos del pasado
Calle Pelayo

Y así entendemos también esta placa que pusieron en una pared de mi clase unos alumnos cuando terminó el curso:


tiempos del pasado
EOI Goya (calle Santa Brígida)


¡Hasta pronto!



sábado, 17 de octubre de 2015

Tonto el que lo lea

De camino a mi trabajo paso siempre por la calle Fuencarral, y allí vi este camión y su publicidad:


indicativo y subjuntivo
Calle Fuencarral

La verdad es que este anuncio es bastante exagerado. Las dos cosas que han revolucionado nuestra vida, dice, son la rueda y el producto que ellos venden, dispensadores ('máquinas que dan algo, a cambio de dinero o no') de agua, de los que se usan sobre todo en las oficinas. ¿Te parece que estos dispensadores han revolucionado tu vida? La mía, desde luego, no; en ninguno de los sitios en los que he trabajado había de esto, el agua la cogemos del grifo directamente.

Pero este anuncio es un buen ejemplo de una estructura que vamos a encontrar en las fotos de hoy. Las frases como "que han revolucionado tu vida" se llaman en gramática oraciones de relativo o relativas; son ese tipo de frases que empiezan con que / quien / el que / el cual y que nos dan información sobre algo que hemos nombrado antes (en este caso, nos dan información sobre las "dos cosas" que se nombran en la frase anterior). Usamos estas frases unas veces con el verbo en indicativo (como en la foto, "han revolucionado") y a veces en subjuntivo, como en este cartel:


indicativo y subjuntivo
Calle Bravo Murillo

Estos gatitos buscan dueño, ¿los adoptarías? Pero no quieren cualquier dueño: quieren dueños con unas determinadas características. Esas características llevan el verbo en subjuntivo ("adopten", "sean").

¿Qué diferencia la primera foto de la segunda?


indicativo y subjuntivo


Usamos, entonces, el indicativo cuando hablamos de cosas o personas que conocemos personalmente o que sabemos que existen y tienen una identidad definida. En cambio, usamos el subjuntivo cuando hablamos de tipos de cosas o personas que pueden existir o no, pero que no conocemos personalmente.

Otro ejemplo en el que se usa el subjuntivo es este cartel que estaba en un bar-restaurante de carretera (no recuerdo de dónde):


indicativo y subjuntivo


Aquí la palabra "casa" significa 'establecimiento'. En este lugar no permiten que la gente se siente en sus mesas a comer su propia comida o bebida. Por supuesto, existe comida y bebida que no es de ese bar, pero el cartel nos habla de tipos de comidas y bebidas -las que no se venden en ese bar-, no de comidas y bebidas conocidos y concretos.

Por eso, también usamos el subjuntivo en este tipo de oraciones cuando hablamos de algo o alguien que no existe o que no conocemos o no hemos experimentado:

No conozco a nadie que haya estado en Costa Rica
Ahora mismo no hay ningún vuelo que vaya directamente de Madrid a Tokyo

Esto no quiere decir que usemos siempre subjuntivo cuando la frase es negativa:

No me gusta mucho el último libro que ha escrito Pargas Cosa (lo conozco y lo he leído, pero no me gusta)
No recuerdo el nombre de la chica que vino a la fiesta (la conocí personalmente, pero no recuerdo su nombre)

Este cuadro, con más ejemplos, te puede ayudar a entenderlo:


indicativo y subjuntivo


Hay otro tipo de oraciones de relativo que no se refieren a nada nombrado antes porque no es necesario nombrarlo. Estas oraciones comienzan con las palabras "el / la / lo/ los / las" + que, o, si hablamos de personas, podemos usar también quien/quienes (es una opción más formal). Estas oraciones funcionan igual que las de antes. Veamos ejemplos:


indicativo subjuntivo
Calle Isaac Peral

Este texto estaba en un puesto de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos), que organiza sorteos en los que se puede ganar bastante dinero. Gracias a ese dinero, ayudan a las personas ciegas a vivir mejor. Ese lo que significa 'las cosas que', y detrás usan indicativo (hacemos) porque hablan de cosas muy concretas y experimentadas para ellos.


indicativo y subjuntivo
Paseo del Prado
La primera palabra, los, se refiere a 'los hombres y mujeres', y no es necesario usar más palabras para entender eso. El chico que lleva esta pancarta se refiere a personas concretas y conocidas: políticos, empresarios, personas con poder.

También en este tipo de oraciones a veces usamos subjuntivo. He dejado para el final una pintada muy clásica: probablemente fue la primera cosa que vi escrita en un muro, ya en mi infancia, y me hizo gracia verla de nuevo, después de muchos años sin ver ese texto escrito en una pared.


indicativo y subjuntivo
Calle San Aquilino

La persona que escribió esta frase imagina que muchos la van a leer, pero no puede saber quiénes son. Por eso usa subjuntivo ("lea"). El que quiere decir aquí 'el ser humano, la persona que'.

Así que, si has leído la pintada, ya sabes... ¡Eres tonto! Jajaja, es una broma.

¿La explicación de hoy ha sido clara? ¿Tienes dudas? ¿Quieres más ejemplos? ¡Escríbeme un comentario!

¡Hasta pronto!


domingo, 11 de octubre de 2015

Buena leche

¿Tienes hambre? Lo pregunto porque hoy la entrada va de comida, así que mejor que comas algo mientras la lees.

En un café y tienda de alimentación que está muy cerca de mi escuela tienen en la fachada toda una colección de expresiones que tienen su origen en el mundo de la cocina, la comida y la bebida:


fresco como una lechuga
Calle San Mateo

Lechuga, pan, vino, cebolla y naranjas: cosas que no suelen faltar en una cocina española. Del pan, su importancia y algunas expresiones que usan esta palabra te hablé ya en una entrada anterior: Un trozo de pan.

Creo que puedes imaginar el significado de la expresión estar/sentirse fresco/a como una lechuga o más fresco/a que una lechuga: sentirse bien, descansado y animado. 

Otras dos expresiones de esta imagen nos hablan de las relaciones sentimentales: nuestra media naranja es la persona que complementa nuestra vida de manera perfecta, nuestra pareja perfecta. Contigo, pan y cebolla significa que cuando se quiere de verdad a alguien, se puede compartir con esa persona la infelicidad o la pobreza, porque el amor es lo más importante; o sea, con la persona a la que amamos podríamos vivir aunque solamente tuviéramos pan y cebolla para comer.

Por último, con las manos en la masa es una expresión que procede del mundo de la cocina; para hacer algunos alimentos, como el pan, se prepara una masa, una mezcla de harina, agua y otros ingredientes. Tradicionalmente, los cocineros tenían que trabajar esa masa con sus propias manos (pero hoy en muchos sitios se usan máquinas). De eso nos habla esta canción que se usó como cabecera de un famoso programa de cocina de Televisión Española; en ella, una pareja discute porque él prefiere la comida tradicional y ella, que ha hecho un cursillo de cocina francesa, quiere experimentar nuevos platos:




Pero la expresión pillar/coger (a alguien) con las manos en la masa se usa sobre todo con el sentido de 'sorprender a alguien haciendo algo que no quiere que se sepa' o 'sorprender a alguien cometiendo una falta, un delito, etc.' Así se usa en esta noticia del periódico El País:

Detenido el jefe de una banda que subía copias ilegales de películas

Una tarde del pasado mes de marzo varios policías entraron en la casa de El Rodri, un piso de Gijón. Allí tenía montada toda su infraestructura: un equipo de montaje, ordenadores, DVD, Blu-ray, archivos con cientos de filmes y series recientes… Le pillaron con las manos en la masa, subiendo a la red El Hobbit, la batalla de los cinco ejércitos, la culminación de la adaptación cinematográfica de la trilogía del escritor británico J.R.R. Tolkien realizada por Peter Jackson con un presupuesto de 250 millones de dólares y estrenada en España el 14 de diciembre de 2014.


La última imagen de hoy tiene un juego de palabras. La tomé en el bar de un pueblo muy curioso, donde la gente es muy agradable:



estar de mala leche
La Santa Espina (Valladolid)

La frase nos recuerda las expresiones coloquiales tener / estar de mala leche: tener mala leche se dice de las personas que causan algún mal intencionadamente, porque desean hacer daño; estar de mala leche significa 'estar de mal humor', pero se entiende generalmente como un cambio de humor, como algo temporal. Habitualmente, la primera expresión se usa para hablar del carácter de una persona, y la segunda, para hablar de un estado de ánimo. También usamos poner(se) de mala leche para describir un cambio de humor.

En este bar, en cambio, ni tienen mala leche ni están de mala leche: son buenas personas que están de buen humor. Además, la leche que utilizan en el bar es buena. Puedo asegurar que todo ello es verdad. Pero ¡ojo! no usamos esta expresión ("buena leche"); es un cartel que, como te he dicho, bromea con la expresión mala leche.

Leche, vino, lechuga, cebolla, pan y naranjas: con esto casi se podría vivir, ¿verdad? 

¿Conoces otras expresiones relacionadas con la comida? ¡Hay muchas!


¡Hasta pronto!


jueves, 8 de octubre de 2015

Abre las aulas

En los últimos años, la educación en España ha sido un campo de batalla para los políticos: los cambios de leyes educativas han llegado con cada gobierno, afectando a los planes de estudio, a la financiación de las escuelas, a todos los aspectos de la vida educativa. Por otro lado, la crisis económica ha sido la excusa para invertir menos en la enseñanza pública (menos profesores que trabajan más, más estudiantes en cada clase, menos dinero para becas, etc.), al mismo tiempo que cada vez se da más dinero a las escuelas privadas (en España llamamos concertadas a las escuelas privadas que reciben dinero público, así que tenemos tres tipos de educación: pública, concertada y privada). 

Por todo esto, no es extraño que haya habido numerosas huelgas (forma de protesta que consiste en no trabajar, o, si se trata de estudiantes, en no ir a las clases) y manifestaciones (reunión pública de personas que protestan recorriendo algunas calles) en el sector educativo, aunque no han servido para nada:


llenamos las calles
Calle Fuentidueña
Tomé la foto de esta pintada en los muros de un instituto de enseñanza pública de la Villa de Vallecas. Es un llamamiento a hacer huelga el 24-O (24 de octubre). Quieren vaciar las aulas (que ningún estudiante vaya a las salas donde se dan las clases) y llenar las calles de estudiantes protestando.

En la fachada de otro instituto muy céntrico y muy antiguo, el Cardenal Cisneros, vi esta otra pintada:


echa a volar
Calle de los Reyes

Esta pintada tiene un aire mucho más poético, ¿verdad? No parece una pintada de protesta, pero en el fondo creo que sí lo es. Quizá tú la entiendas de otra manera, pero a mí me parece que nos dice que el mundo educativo a veces es muy cerrado y está lleno de normas, y que en ese mundo no tienen mucha importancia valores como la imaginación, la creatividad y la libertad. Y parece que cada vez menos: nuestros gobernantes actuales son más partidarios de que los niños aprendan religión, economía o informática, y además sin ningún sentido crítico.

Por eso la pintada invita a los profesores o a los estudiantes o a ambos a abrir las aulas y echar a volar (desarrollar su libertad y su imaginación fuera de los centros educativos; están jugando también con la cercanía de dos palabras: aula -el lugar donde se celebran las clases- y ala -la extremidad que permite volar a los pájaros-). Echar a, aquí, significa 'empezar a'; solamente usamos echar con este significado en combinación con algunos verbos de movimiento (echar a correr, echar a volar, echar a andar), y echarse, en forma reflexiva, que usamos sobre todo con llorar (De repente, se echó a llorar). La forma echar a andar se usa también, metafóricamente, con el significado de 'empezar a funcionar algo': Ya ha echado a andar el campeonato de fútbol.

Unos ejemplos para que recuerdes mejor este uso del verbo echar:


echar a correr echar a volar echarse a llorar


Tengo que echar a correr ya para no llegar tarde a clase, así que ¡hasta pronto!



lunes, 5 de octubre de 2015

Bares, qué lugares

En España siempre hemos tenido cantidad y variedad de locales para beber y comer: bares, tabernas, cafés, mesones, cafeterías, restaurantes, etc. La "modernidad" de los últimos años nos ha traído, además, otras categorías:

                                     
gastrobar
Calle Fuencarral
El moderno gastrobar es un sitio con cierta elegancia (pero no necesariamente caro), y normalmente lo que se puede comer tiene nombre muy, muy largo (fíjate, por ejemplo, "dorada al horno con verduritas y vinagreta de frutos secos"; en un restaurante normal dirían "dorada al horno", y punto).


cafe bistro
Calle Duque de Alba

El café bistró tiene un aire más literario, más bohemio (como también se ve en el nombre del de la foto, porque El secuestrador de besos parece el título de una novela). En él se puede desde desayunar hasta tomar unas copas por la noche.

Un poco ridículo resulta llamar a un bar de esta manera, en inglés, porque realmente no se diferencia en nada de cualquier bar moderno:


tabernas modernas
Calle Bravo Murillo

El nombre del bar, en cambio, no está mal: la frase ¡Sí, quiero! es la que se dice en las bodas para aceptar el matrimonio.

Frente a todas estas modernidades o moderneces (esta palabra es irónica), persiste el bareto típico español. Llamamos a un bar bareto, informalmente, cuando es un bar de poca categoría, pero muchas veces lo decimos cariñosamente, porque nos gustan los bares de toda la vida, sin pretensiones. Este bar, directamente, escribe esa palabra en su fachada:


bareto
Calle Santa María Micaela

No sé si el nombre del bar se refiere a un torero que se llama Pepito, o con la palabra pepito se refiere a un bocadillo de pan tostado con un filete dentro. En todo caso, las dos cosas son típicamente españolas (todavía).

Últimamente, también he notado que se pone a los bares nombres llamativos, ingeniosos, a veces divertidos, o a veces con juegos de palabras que no siempre son fáciles de entender. Vamos a ver algunos de ellos:


la buena pinta
Mercado de San Fernando (calle Embajadores)

Este bar está especializado en cerveza, como se puede ver, y aquí pinta significa dos cosas: una buena pinta de cerveza (o sea, una jarra grande como las que se toman en otros países) y un buen aspecto (tener buena pinta significa tener buen aspecto, y se usa tanto para lugares como para personas, o incluso para comidas, proyectos, etc.; también usamos tener mala pinta). Así que es un bar bonito donde se toma buena cerveza y en cantidad.


el quinto vino
Calle Hernani

Esta taberna clásica juega con una expresión que casi suena igual que su nombre: el quinto pino. Decimos que algo o alguien está en el quinto pino cuando está muy lejos. Al mismo tiempo, nos anima a tomar más de un vino. La expresión estar en el quinto pino es originaria de Madrid, tal como nos cuentan en la web Secretos de Madrid.

Otro nombre curioso es el de este bar, que es bastante nuevo:

liarla
Calle Don Pedro

Informalmente, decimos que alguien la lía cuando provoca una confusión, una situación complicada, una discusión, etc. Se puede usar en cualquier tiempo y persona, pero esta expresión siempre tiene el pronombre la: Llegó Pedro y enseguida la lio, como siempre; Nos confundimos al pagar y la liamos con el camarero.

No sé si esta María es la dueña del bar, pero si es así, ¡vaya nombre para el bar!

Podría poner muchos ejemplos más, pero no quiero cansarte. Los colgaré en Facebook durante los próximos días. Otros nombres curiosos de los que ya te he hablado son, por ejemplo, Como vaca sin cencerro, La vaca austera, Sal si puedes y Farmacia de guardia.  

¿Sabes por qué he titulado esta entrada "Bares, qué lugares"? Por una canción de los años 90 que me encantaba, del grupo Gabinete Caligari. Sí, como dicen en la canción, los bares son los lugares más agradables para conversar y no hay como el calor del amor en un bar. 






¿Y cómo es tu bar favorito? ¡Cuéntamelo!



jueves, 1 de octubre de 2015

Prohibido prohibir

Vivimos rodeados de prohibiciones. Algunas de estas prohibiciones nos defienden de las personas con comportamientos inaceptables o que pueden hacernos daño; otras, en cambio, nos complican la vida innecesariamente, ¿no crees?

Las ciudades, claro, están llenas de señales y carteles que nos dicen qué está permitido y, sobre todo, qué está prohibido. Vamos a ver hoy algunas que he encontrado por Madrid.

Últimamente, en la entrada de muchas tiendas de ropa se ven carteles como este:


prohibido prohibir
Calle Bravo Murillo

Hace años, no era algo habitual comer y beber por la calle o en los transportes públicos, así que estos carteles no eran necesarios. Actualmente, sin embargo, mucha gente lo hace, y entra en las tiendas de ropa comiendo y bebiendo al mismo tiempo que toca la ropa. Es un asco, claro, así que entiendo que los tenderos pongan estos carteles.

También entiendo lo que puso este comerciante en la fachada de su tienda, en el barrio de Lavapiés:


prohibido prohibir
Calle San Pedro Mártir

Por un extraño fenómeno, en los últimos años cada vez es más frecuente, sobre todo por parte de los jóvenes -sobre todo chicos, pero no solamente- y especialmente por la noche, mear en la calle, como si fueran perros. Es verdad que Madrid necesita más baños públicos de los que hay (como te conté en En Madrid no se mea los domingos, donde también te explico algunos trucos para solucionar el problema), pero también es verdad que esta situación lleva décadas siendo lo misma, y sin embargo antes la gente no meaba en la calle.

Y lo peor no es esto. Al lado de la imagen de arriba estaba esta otra:


prohibido prohibir
Calle San Pedro Mártir
Bueno, esto no es tan habitual, afortunadamente, pero parece que algunas personas no solamente mean, sino... ¿conoces la palabra para esta acción? La palabra más común es cagar, pero es un poco fea, se usa solo informalmente, y también para construir muchos tacos o palabrotas; si necesitas usar una palabra para esto, por ejemplo, en la consulta del médico, es mejor algo como ir al baño. Por ejemplo, si tienes un problema de estreñimiento, puedes decirle al médico algo como "últimamente tengo problemas para ir al baño". Aunque esta expresión también la usamos en sentido literal; esto quiere decir que, por ejemplo, si estamos con unos amigos en un bar y decimos "voy al baño", aquí solamente se entiende que vamos a los aseos, nada más. Así que el significado depende del contexto.

La prohibición de fumar en todos los lugares públicos es total, por ley, desde hace varios años, pero algunas personas piensan que no está prohibido para proteger nuestra salud, sino con fines económicos:


prohibido prohibir

Abajo, a la derecha, hay un pequeño escudo parecido al escudo de España, pero debajo está escrito esto: "Papá Estado". La persona que hizo el cartel piensa que el Estado nos trata como a niños, como si fuera nuestro padre, y que en realidad quieren solamente que nos mantengamos sanos para poder pagar nuestros impuestos mucho más tiempo. Cotizar, en este contexto, se refiere al dinero que pagamos los trabajadores a la Seguridad Social (organismo público que se ocupa de la sanidad y de las pensiones).

En los lugares privados es el dueño del lugar quien decide, como en este coche aparcado en la calle:


prohibido prohibir
Colonia de la Prensa (Carabanchel)

La expresión y que sea lo que Dios quiera la usamos cuando tomamos una decisión o llevamos a cabo una acción sabiendo que algo podría salir mal. Al usar esta expresión, dejamos el resultado de nuestra decisión o acción en manos del destino, porque sabemos que no depende de nosotros. En este cartel, por ejemplo, quiere decir que no se sabe si fumar nos traerá algún mal o no.

En el siguiente cartel encontramos una palabra que se usa mucho cuando se prohíbe:


prohibido prohibir
Calle Lope de Haro

Terminantemente se usa casi siempre asociado a las palabras prohibir y prohibido, y significa 'totalmente, absolutamente, sin excepción'. Es curioso que esta prohibición esté en la puerta de una carnicería; como puedes ver, el escaparate está lleno de jamones, así que está prohibida la entrada de animales vivos, pero la tienda está llena de animales muertos.
     
La última foto de hoy está tomada en el interior de Malacatín, un restaurante antiguo de Madrid muy famoso por su cocido madrileño. La tipografía que usa imita los carteles antiguos, y también algunas cosas de la ortografía quieren dar al cartel un aspecto antiguo; por ejemplo, escriben "i" en lugar de "y". También el lenguaje recuerda a una manera un poco antigua de expresión pública.


prohibido prohibir
Calle de la Ruda

En resumen, lo que prohíben en este local es decir tacos (palabras soeces), decir cosas ofensivas contra Dios (blasfemias) o hacer cosas inmorales (tener un comportamiento disoluto). Así que, ya sabes, si vas a comer algún día a Malacatín, ¡pórtate bien!

Para terminar, quiero recordarte que con las palabras permitido/a y prohibido/a usamos siempre delante el verbo estar, nunca el verbo ser:

prohibido prohibir



Y tú, ¿prohibirías algo que está permitido? ¿Permitirías algo que está prohibido? ¡Hasta pronto!